Reflexiones y otros datos que no caben en los medios de comunicación, pero que siempre vuelven en la mochila.

Ramallah punks don’t die

Me ha gustado conocerte, tronco.
Era lo último que esperaba encontrarme por las calles de Ramalah, un punky como tú de los de «pata negra» o mejor dicho de los de «pies negros». ¿Qué se te ha perdido en éstos andurriales, chaval?
Me dicen de tí que eres gabacho, nieto de senegalés al 25%, de ahí el color de tu piel que sumado a la mugre hacen de tu rostro algo así como un descafeinado largo de leche. Llevas una cresta ni alta ni baja, tamaño stándar, lo suficientemente visible para decir que eres punkarra, chupa de cuero y una «Fujifilm» de cuando De Gaulle iba en triciclo.
Te dedicas a tirar fotos, cuentan que no eres muy bueno en eso de darle al «clik» pero que has expuesto en París en el bareto de un hippie concienciado con la causa palestina. También dicen que tu viejo te dejó algo de pasta cuando se largó para fumar en el otro lado y que vives de eso, y del morro que le echas.
Nos sentamos en un cafetín y con media sonrisa me dices que sabes hablar algo de español, «mucha polissía, poca divegsión, un eggog…un eggog..» y nos morimos de la risa. «Eskogbuto», me aclaras, y asiento con la cabeza dándote a entender que ya les conocía.
Te miro a la cara y por un momento tu mirada se pierde entre tus botas, las mismas que utilizan los soldados israelíes. No me gustan los silencios prolongados entre personas que no conozco y retomo la conversación medio en gabacho medio en inglés.
Sueles ir con una guitarra acústica toda pintarrajeada y de vez en cuando te da por perpetrar melodías pastelonas de The Damned y de Siouxsie & the Banshees a la chavalería de Ramalah, hasta el punto de que les tienes a todos flipando. Hubieron varias madres que no te dieron con la «gasaá» o como se llame en Palestina a la bandeja donde ponen los dátiles, de puro milagro colega, cuando el pequeño Alí de turno llegó a casa vociferando eso de : «DIOS CREÓ EL PUNK Y VIO KE ERA MEJOR KE EL» (usándo la letra K y todo) y diciendo que quería dejarse cresta.

También me cuentan que en dos ocasiones los soldados israelíes te pusieron «mirando al Elíseo», por farruco y por Sid Vicius. Y es que…¿qué sabrán ellos de punk? más bien de «pum», palestino «pum», palestino «pum»….
Otra vez la que hizo que te replantearas las cosas fué una hebrea con carita de virgen María y la mala leche de Herodes que te quiso cambiar desde la cresta hasta los ideales. La mandaste caminito de Belén, como debe ser hermano, y le sacaste el dedo corazón mientras un par de lágrimas te resbalaban por la cara ennegrecida.
Me despido con dos besos como dos soles. Te saco una foto y me pides que no la publique por «integnet», algún problemilla de papeles y visados y alguna mentirijilla a tu madre. Así lo haré chaval, pondré alguna que saque por la red, aunque a ver donde encuentro yo a un punkarra en Palestina.
Va por tí, camarada. Aún no me queda claro qué demonios estás haciendo en éstas tierras, pero en poco más de una hora se te han acercado varias personas a saludarte, cuatro niños te han rodeado, les has sacado varias fotos y os habeis reido. Un hombre te ha señalado, «es un gran chico» ha dicho en inglés «enseña a los niños a tocar la guitarra y los entretiene cuando las cosas se ponen feas y los adultos estamos en otras cosas, así no piensan y hay veces que ha tocado tan alto que los niños ni siquiera han escuchado que había disparos».
A lo mejor eres una especie de Mary Poppins llena de tachuelas, o simplemente un zumbado…desconozco porqué nadie ha escrito sobre tí, ni me explico que no ocupes tres segundos en uno de los miles de reportajes que al año se hacen en éstas tierras, no sé por qué una oenegé no te ha nombrado padrino, ni Unicef embajador de buena voluntad, igual es porque no es lo que buscas y te la bufa lo que hagan los demás con su conciencia, su dinero, sus logotipos y sus todoterrenos «ésto es horrible osea Mary Jane, cuánta miseria supermiseria…»
Me voy, pensando en tí chaval, y en todos aquellos que como tú tienen los huevos suficientes para hacer de su vida algo digno.
Te guiño un ojo,  -Punks not dead! – Y nos descojonamos.

Una respuesta

  1. que bueno, Amaia, que bueno!

    7 febrero, 2012 en 18:41

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