«Triste época la nuestra…es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio». Albert Einstein.
…O que dotar a ciertos políticos de sentido común, sensibilidad, conciencia social, solidaridad, memoria, humanidad…son muchas las carencias en la política mundial, casi siempre alimentadas por votantes analfabetos en empatía, o analfabetos sin más.
No hay mas que echar un vistazo a nuestro alrededor, y si realmente no ves las deficiencias el problema lo tienes tú, o lo tenemos todo.
La marea solidaria que azota Europa durante éstas semanas es una bofetada de la sociedad a los gobiernos acomodados en parlamentos blindados ante las demandas de la población, todas, locales y ajenas. Políticos que otorgan categorías dependiendo del hambre que tengas. A menos hambre más derechos.
Pero siempre están aquellos líderes llenos de prejuicios, complejos, sin criterio alguno y a rebufo de políticas pasadas, que intentan en ocasiones con éxito, limpiar sus conciencias a base de decisiones inútiles. ¿Estoy en lo cierto David Cameron?
El Primer Ministro británico ha decidido adelantarse a las navidades y empezar su propia cruzada ante la llegada de refugiados, agotando los recursos, no vaya a ser que Bruselas le obligue a cumplir con el cupo de los 15000 asignados, que lo hará, pero un plazo de cinco años.
La negativa inicial a la llegada de refugiados sirios le supuso críticas que le hicieron recular, los problemas en ocurridos entre Calais y Dover con la llegada de cientos de migrantes no ayudaron a mantener la poca buena imágen del Primer Ministro. Tocaba el plan B, éste pasaba por ir de la mano con el Presidente francés Francoise Hollande en coalición con EEUU y anunciar una intervención militar en Siria que acabase con la brutalidad del Estado Islámico, acólitos, simpatizantes, abonados, barbudos…y muy posiblemente civiles.
Las declaraciones de Cameron me recuerdan siempre al personaje de Poncio Pilatos de «La vida de Brian», especialmente en la escena en la que los habitantes de Jerusalén se descojonan de su «speech», entre la sociedad británica pasa lo mismo.
Plan C, viajar a Jordania y Líbano, campos de refugiados sirios en el Valle del Bekaa, visita express, «casual style, pasaba por aquí, ¿poso para la foto?». El objetivo no es otro que mantener a los refugiados lejos de la flema británica, tomar una taza de té, y prometer (otra vez) ayudas económicas a las autoridades libanesas, más de 92 millones de dólares para que los sirios más pobres dispongan de libros y educación durante los próximos tres años. Así, sin despeinarse ni nada vestido de negro y sin una mota de polvo. «Quería venir aquí para ver y escuchar las historias de los refugiados y lo que necesitan» declara. Y yo doy por hecho que lo que los refugiados sirios, acomodados en sus haimas de lujo, le han solicitado es algo asi como «mira corazón estamos de puta madre, pero si es por pedir pues unos libros para la chavalería, que se aburren mucho aquí y empiezan con tontadas sobre tener una vida digna y tal…que sean unos libros, que mi Mustafá está deseando estudiar, ir a la Universidad y graduarse en Políticas, como tú Deivid…habibi».
Mientras la performance política continúa, buena parte de la sociedad británica mantiene la compostura, y así lo vienen demostrando las muchas campañas de solidarización y apoyo no solo al pueblo sirio, también a los palestinos, kurdos, afganos…
El pasado sábado la respuesta de la población resultó masiva, cientos de concentraciones que no entendieron de colores, nacionalidades,edades y/ o criterios políticos. Una única idea común en las mentes de los miles de participantes, «Welcome».

Humza Yousaf, Ministro escocés para Europa y Asuntos Internacionales, durante la concentración del pasado sábado en Glasgow. © Amaia López de Munain
Unas demostraciones cargadas de dignidad, sin florituras, promesas o caridad de apaño. Allí junto a Betty, Alaister, Morag o John estaban Alí, Faisal, Ahmed, Fatima, con la cabeza muy alta, todos esperanzados. Hubieron muchas proclamas por parte de refugiados, activistas y políticos comprometidos, porque alguno queda, a lo Corbyn.
«Cualquiera que tenga la audacia de considerar que alguien está dispuesto a cruzar el Mediterráneo, arriesgar su vida y la de su familia para vivir con un vale del Banco de Alimentos por 35 libras, debe vivir en otro planeta, en otro universo en el que debería avergonzarse de sí mismo. Estoy aquí para desafiar a toda esa gente, todos esos comentarios sobre el cupo de refugiados, sobre que no hay sitio para ellos…Voy a dejarlo claro, son nuestros refugiados, seres humanos. Espero que quede lo suficientemente claro» insiste Humza Yousaf, Ministro escocés para Europa y Asuntos Internacionales.
Y poco queda por decir, o quizá mucho. O quizá poco que decir y mucho por hacer. Ponerse en la piel y símplemente dejarse guiar por las emociones, y aunque muchos no hayan oído en su vida el sonido de un morterazo, sepan como huele la sangre seca, o hayan velado el cadaver de su bebé, os puedo asegurar que duele y mucho, siquiera como espectadora. Haced lo que os plazca, faltaría más, somos humanos ¿no?.