A la luz de una vela.
La novedad atrae la atención y aún el respeto, pero la costumbre lo hace desaparecer pronto. ( Berthold Auerbach)
Es probable que sea eso, que todos estemos acostumbrándonos a las noticias que llegan desde Gaza, desde Somalia, Sudán, Etiopía…son tantas y durante tanto tiempo que el interés se va perdiendo, lo cual no significa que la situación haya cambiado especialmente para bien.
En éstos y otros lugares, la lucha es diaria, constante y trágica. Los que estamos en ésto de la información muchas veces nos vemos impotentes ante el escaso interés que suscitan los miles de casos que día a día registran nuestras cámaras, grabadoras y retinas. Pero hay que estar y darles voz para que sean escuchados. Es nuestro trabajo como periodistas y nuestra misión como seres humanos. No es cuestión de prioridades, es cuestión de constancia.
Me centro en un tema concreto. Gaza.
El bloqueo en el suministro eléctrico lleva cinco meses oscureciendo más si cabe el paisaje palestino. Me da igual si la situación la ha provocado Hamás, Israel o Egipto, la cosa es que al final pagan los de siempre, el millón y medio de palestinos que día a día ven como las exiguas reservas que la planta de la Franja de Gaza suministra, (un 40%) y que funciona totalmente con combustible que entra de contrabando desde el vecino Egipto, desaparecen entre la mal llamada burocracia que impera en el sistema político y económico de los países implicados.
Ello supone cortes eléctricos de 18 horas de duración que no solo hacen imposible «normalizar» la situación en la zona sino que además provoca que se cobre las vidas de aquellos que peor lo tienen para sobrevivir en el infierno.
Desde el Ministerio de Salud de Gaza se ha lanzado el aviso: La vida de un 80% de los pacientes está en peligro, incluida la de los bebés en incubadoras, cuyo tratamiento requiere un equipo en constante suministro de electricidad. En esta situación están entre 100 y 404 pacientes, en función de sus diferentes estados de gravedad. El 72% las reservas de combustible están agotadas y los hospitales de Shifa y Al-Nasser en Khan Yunis se encuentran al borde de la paralización total.
Los unos se echan la culpa a los otros, pero la realidad solo es ésta.
Bebé prematuro en el Hospital de Al Nasser. Photo by Ismael Mohamad.
El bloqueo provocado por la desidia, los intereses, la competencia y el odio de la política internacional, la inoperancia de algunas organizaciones más políticas que de ayuda y la falta de interés del resto hacen de ésta y otras partes del mundo uno de esos lugares en los que el exceso de información juega en contra.
Tendemos a olvidar pronto aquello que nos desagrada y el silencio y la indiferencia nos hace cómplices a todos, una vez más.
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